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cirugía refractiva laser

CIRUGÍA REFRACTIVA LÁSER

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¿Qué es?

Los procedimientos de cirugía refractiva basados en el láser (como PRK, LASIK, LASEK o EPILASIK) ofrecen la posibilidad de alterar el grosor y/o curvatura de la córnea y, con ello, su valor dióptrico. De este modo, permiten la corrección de defectos refractivos: miopía, hipermetropía y astigmatismo.

Cirugía refractiva láser

La cirugía refractiva láser también puede estar indicada para tratar la presbicia o vista cansada, compensando la pérdida de capacidad de acomodación del cristalino que da lugar a los problemas para enfocar de cerca, que aparecen generalmente a partir de los 40-45 años.

¿En qué casos se realiza?

En personas con defectos refractivos que quieren reducir la dependencia de las gafas o lentes de contacto. Esta es una de las múltiples opciones quirúrgicas que actualmente existen para conseguirlo, por lo que el oftalmólogo deberá determinar si el paciente es candidato a someterse a una cirugía refractiva y, en tal caso, seleccionar la técnica más indicada, teniendo en cuenta aspectos como las características del ojo, la edad, las preferencias personales o la profesión.

Exámenes previos

Una correcta indicación de la cirugía refractiva requiere, además de tener una buena comunicación paciente-oftalmólogo, realizar un examen oftalmológico completo y una serie de pruebas preoperatorias.

En primer lugar, deben medirse la agudeza visual, la refracción (número de dioptrías de miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia) y la presión intraocular. A continuación, para la aplicación precisa del láser, también debe hacerse una topografía (medición de la curvatura y grosor de la córnea).

Antes de la intervención

El mismo día de la operación se cita antes al paciente en consulta para repetir las pruebas diagnósticas y confirmar que no haya cambios respecto a la visita preoperatoria, de modo que el ojo pueda ser intervenido. Se aconseja que el paciente acuda acompañado y que evite un desayuno o comida copiosa, así como bebidas excitantes, ya que de forma previa a la cirugía se le administrará un calmante y colirios anestésicos.

Durante la intervención

Mientras se desarrolla la cirugía se requiere la colaboración del paciente para mantener la mirada en la luz del microscopio. La intervención dura alrededor de cinco minutos y, en general se realiza con anestesia tópica (gotas), por lo que no es necesario tapar el ojo al finalizar la operación y el paciente puede ver con él cuando sale de quirófano. Sin embargo, ese día es conveniente que descanse y permanezca el mayor tiempo posible con los ojos cerrados, en un ambiente con poca luz, además de aplicarse los medicamentos tópicos que le indique el oftalmólogo.

Riesgos

Los riesgos de la cirugía refractiva con láser pueden ser los de cualquier otra cirugía. En cuanto a posibles efectos secundarios, como  halos o destellos, son mayoritariamente transitorios. El más común es  el ojo seco, que generalmente desaparece pasados unos meses, en los que se recomienda el uso de gotas lubricantes.

Fuera de estos efectos, hay que recordar que la cirugía refractiva láser produce alteraciones en la curvatura y el espesor de la córnea, que deben tenerse en cuenta en futuras pruebas diagnósticas y mediciones prequirúrgicas. Además, cabe destacar que los beneficios de la cirugía no duran toda la vida, por los propios cambios que experimentan los ojos con los años.

Patologías

Astigmatismo

Normalmente, la córnea y el cristalino tienen una superficie lisa que se curva de manera equitativa en todas las direcciones. Esto ayuda a enfocar los rayos de luz de forma pronunciada sobre la retina que se localiza en la parte posterior del ojo. Si la córnea o el cristalino no están lisos o no tienen una curvatura uniforme, los rayos de luz no se refractan (doblan) correctamente. Los doctores lo llaman error de refracción.

Cuando la córnea tiene una forma irregular, usted tiene astigmatismo corneal. Cuando la forma del cristalino se deforma, usted tiene astigmatismo lenticular. En cualquiera de los dos casos, su visión, tanto de cerca como de lejos, será borrosa y distorsionada. Es como mirar en los espejos de las casas de espejos, donde se lo ve muy alto, muy bajo, muy ancho o muy delgado.

Hipermetropía

La hipermetropía (mala visión de cerca), es un error refractivo, lo que significa que el ojo no refracta o dobla la luz adecuadamente y las imágenes no se enfocan claramente. Cuando existe una hipermetropía, los objetos distantes usualmente se ven claramente, pero los cercanos se ven borrosos.

Miopía

La miopía es un error refractivo. Los errores refractivos ocurren cuando el ojo no enfoca la luz en la retina apropiadamente. Esto es llamado refracción (doblamiento).

Para que usted pueda ver bien, los rayos de luz deben trasladarse a través de la córnea y el cristalino. La córnea y el cristalino refractan la luz para que llegue a la retina. La retina convierte la luz en señales que viajan al cerebro y se convierten en imágenes. Cuando una persona tiene errores refractivos, la forma de la córnea o el cristalino impide que la luz se doble correctamente. Cuando la luz no se enfoca en la retina como debe ser, la visión es borrosa. Es un trastorno del enfoque del ojo, no es una enfermedad ocular.

Presbicia

La presbicia es cuando los ojos pierden gradualmente la capacidad para ver objetos de cerca. Es una parte normal del envejecimiento. De hecho, la palabra “presbicia” (proveniente del griego), significa “ojo viejo”. Puede comenzar a notar la presbicia poco después de los 40 años. Es probable que sostenga a una distancia mayor lo que está leyendo para poder leer claramente.

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